“De la hospitalidad tradicional al hospedaje: patrimonio cultural y
turismo”. Antonio Muñoz
En esta charla, que más tarde se convirtió en debate abierto, Antonio nos aportó sus
conocimientos y opiniones, compartidas por los allí asistentes, del importante vínculo que se
teje entre el entorno, la biodiversidad y aquellos que lo habitan. Le gusta darle la vuelta a las
enseñanzas que él, y muchos de nosotros hemos recibido: de lo particular a lo general, y no al
revés. Antonio hizo hincapié en la importancia de la sabiduría popular, en aprender del legado
de que nos dejan las generaciones que nos preceden, con sus concepciones del tiempo según
el ciclo lunar, los calendarios de siembras, los refranes, proverbios, etc.… Prestar una atención
que se está perdiendo en la oralidad, en la transmisión de los saberes prácticos que
heredamos de los más mayores, del mundo rural.
Esa emoción de conexión vital permanece todavía en los pueblos, y es algo, que muy bien nos
recordó Antonio, no se ha de perder en las nuevas generaciones; incluso expandirlo más allá
de las fronteras de estos pueblecitos.
Cierto es, como bien decía el antropólogo, que hay como una amnesia colectiva, donde se está
olvidando y dejando de lado todos esos saberes fundamentales, dejándonos llevar por esa
absurda “complejidad urbana” como sistema de distinción, lo que lleva a la población con más
conocimientos del entorno que durante siglos ha servido de supervivencia a tener una
incomprensible sensación de complejo de inferioridad.
Abogó además, por la transmisión cultural oral, de conocimientos acumulados por la
humanidad durante décadas, que se está perdiendo. Por ejemplo la transimisión de técnicas
del esparto, que viene de conocimientos ancestrales; conocimientos acumulados por la
humanidad en dos décadas, de transmisión oral, que se estaba perdiendo. Por suerte la
UNESCO ya lo está reconociendo y actualmente este tipo de saberes y su transmisión sobre
meteorología, ecosistemas, formas organizativas, sistemas de riego, etc. se ha declarado
Patrimonio Cultural Inmaterial y un Bien de Interés Cultural.
Antonio también nos hizo recapacitar sobre la importancia de la hospitalidad en este tipo de
áreas más rurales, donde se crea un perfecto equilibrio de “dar y recibir”; pero donde nunca se
busca nada a cambio, creando una serie de espacios de donatarios y donados.
Este tipo de conocimientos actualmente no se transmiten en las escuelas, y como bien señaló
Muñoz, esta importante sabiduría se debería transmitir para crear las verdaderas conexiones
entre los ciudadanos.
Angelita y demás señoras ya conocidas en todo El vellón se emocionaron al escuchar estas
palabras. “Verdades como puños”, apuntaban. Echaban de menos esas relaciones tan
comunitarias que quizá antaño estaban a la orden del día, pero que hoy en día en el sistema
tan individualista ellas echaban de menos. Pero no eran las únicas de la charla que así lo veían.
También las generaciones más jóvenes querían retomar esa “simbiosis vecinal”.
¡Qué maravilla de charlas y qué buen ambiente se creó!
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